Este
amor que vibra secreto
en
el cauce rojo de la sangre
nos
envuelve en su arrullo
llenando
de cantos el aire.
Una
luz en las sombras tantas veces repetida
un
fulgor de vida creciendo en la tarde tibia
un
ramo hecho de espumas azules del mar lejano
el
asombroso prodigio del amor creciendo cada día.
El
dulce y suave mundo que creamos.
Cuando
la noche circular cae sobre el mundo
y
el horizonte equidistante se desdibuja
no
olvidemos levantar los ojos
hacia
aquellos minúsculos puntos de luz
que
prefiguran la claridad de las mañanas,
el
color de las flores llenas de rocío,
el
sendero para nuestros pasos juntos.
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