Disfruté los perfumados
senderos de la juventud,
pero el tiempo no se detiene
y la madurez de mi cuerpo
me volvió como los vinos añejos ,
sin olvidar los sueños azules
de mi inocente y feliz niñez.
Y conocí el verdadero amor
en mi plena madurez,
Sentí que me amas, supe que te amo .
En el licor sagrado del amor
me aferré a tus manos,
hundí mi mirada en tus ojos mansos
y después bebimos la sublime pasión.
.
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