Vivo para susurrarte mis palabras
y en un anguloso suspiro elevarte
sobre el mar de mis deseos
hasta ver como sucumbes ante mi voz .
Irás anidándote en la calle de mi aliento
hasta entrar en mi cuerpo
y en la llama de oro líquido
purificaremos nuestra entrega sin límites.
Beberemos el ardiente vapor
de nuestros poros
buscando el paraíso de la pasión
y allí haremos nuestro refugio,
donde tu estarás en mi y yo en ti
por los siglos de los siglos,
como una eternidad de corazones latiendo
aun después de la muerte
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